-. Voy a la cafetería ¿Queréis algo? - digo mirando a Christina y
Zayn, ambos se miran y niega, me encojo de hombros y me doy la vuelta,
comenzando a caminar con las manos en los bolsillos hacia la cafetería.
-. Que maduro por tu parte ignorarme.
-. Que maduro por tu parte huir de los problemas, yéndote con tu
amiguito a follar por ahí - digo sin dejar de caminar.
-. Eres un.. - me giro encontrándome con Abbie acercándose hacia
mí.
-. ¿Inmaduro? ¿Mujeriego? ¿Cabrón? - digo con una sonrisa, miro
sus ojos, se muere de ganas por decirme algo, pero no lo hace. Sonrío más
abiertamente, y me acerco más a ella - Seré todo lo que quieras, pero admite,
que te mueres por mí, y por mucho que te vayas por ahí con tu amiguito, tu
estas coladita por mí - su mano choca contra una de mis mejillas, toco la zona,
que dentro de unos minutos, comenzara a ponerse roja, sin quitar la sonrisa
miro sus ojos, y después miro la mesa en la que estaba con Zayn y Christina,
allí esta es pelirrojo hablando con Niall, y dirigiéndonos algunas miradas.
Miro de nuevo a Abbie, me mira seria, casi matándome con la mirada. Doy un
pequeño paso y la beso agarrando su cintura, impidiendo que se aparte.
En un principio no me sigue, el beso, pero cuando lo consigo, y
siento que deja de hacer fuerza, me separo de ella, y me doy la vuelta
comenzado a caminar de nuevo hacia la cafetería.
Sonrío satisfecho.
Me fijo en que algunas personas nos miran, riéndose o simplemente
murmurando cosas.
Algunas chicas me miran, y sonríen, Louis ha vuelto.
No más novias, no más compromisos.
No más Abbie.
{Narra Liam}
Mis tripas rugen, debí haber hecho caso a mi madre y haberme
llevado algo para tomar en la universidad.
Miro por la ventana del autobús, todavía quedan unos 5 minutos
hasta llegar.
Miro mis manos y dejo salir un suspiro. Siento una mirada clavada
en mí, levanto la vista y mis ojos se clavan en los de una chica, ella es quien
me miraba.
Sus mejillas se colorean y baja la mirada a sus manos, me encojo
de hombros levemente y cierro mis ojos, apoyando mi cabeza contra la pared de atrás.
Y de nuevo esa sensación.
Miro a la chica, de nuevo me mira, y aparta la mirada en cuanto yo
me doy cuenta. Paso una mano por mi cara ¿Tendré algo?
El bus se para, miro por la ventana, mi parada.
Me levanto y cojo mi mochila del suelo, y salto del bus, caminando
el pequeño camino de la parada a mi casa.
Entro en casa, y el olor a macarrones con queso llega a mi nariz,
haciendo que mi tripa ruja de nuevo, sonrío dejando la mochila en la entrada y yendo
hasta la cocina.
Mi madre lava los platos, y al verme me sonríe, me acerco a ella y
beso su mejilla.
-. Hola mama - digo andando hacia el horno y abriéndolo, y dejando
escapar más de ese delicioso olor - Huelen realmente bien - digo cerrando el
horno de nuevo y remangando mis mangas, me acerco a ella y le quito el plato de
sus manos comenzando a limpiar yo lo que queda.
-. Liam, debes estar cansado, puedo hacerlo yo - niego con la
cabeza y la sonrío.
-. Está bien mama, puedo hacerlo yo.
-. Dios..Esto estaba buenísimo - digo dejando los cubiertos sobre
mi plato, mi madre me mira y sonríe.
-. Se ve, has dejado el plato limpio - dice señalando mis dedos.
-. Creo que son los mejores macarrones que jamás has hecho - mi
madre ríe y niega con la cabeza.
-. Los ha hecho Lydia, no yo, vino durante el recreo y me ayudo un
poco.
-. ¿Y qué hacia aquí?
-. Dice que como en su instituto no conoce a nadie, prefiere estar
los 30 minutos de descanso aquí.
-. Apenas la he visto desde que nos hemos mudado, creo que no nos
hemos cruzado más de 3 veces en casa. - digo cogiendo mi plato y yendo a la
cocina.
No he hablado con ella desde que nos mudamos, ni un hola, nada.
Y me siento solo en esta ciudad, en la otra, al menos salía con
ella y sus amigos.
Aquí, ella se pasa los días en la biblioteca.
Aunque, no me acabo de tragar esa excusa, de la biblioteca.
Golpeo con mi bolígrafo, el papel, odio estos deberes de trigonometría,
no entiendo nada.
Cierro el cuaderno dándome por vencido, y me levanto.
Cojo un gorro y me lo pongo, agarro una cazadora vaquera y bajo
las escaleras de dos en dos.
-. ¿Ha venido ya Lydia? - digo pasando por el sofá, el padre de
Lydia alza la cabeza y me mira atreves de esas gafas.
-. Ya se ha ido a la biblioteca, tenía que hacer un trabajo sobre
Historia - y vuelve a leer su amado periódico.
-. Volveré mas tarde - digo saliendo y cerrando la puerta.
He debido estar tan metido en mi estúpidos deberes que no he
prestado atención a nada más.
Camino hasta la parada del bus comprobando en mi reloj la hora que
es.
Las 5, miro el cielo teñido de nueves de un color rosa claro,
anochece bastante pronto.
Subo al autobús, y dos paradas, más adelante me bajo, y camino un
largo rato unos 40 o 45 minutos, hasta llegar a la biblioteca de Chesterfield,
la única.
Entro y me acerco a la mujer que hay en la pequeña recepción, es
la típica bibliotecaria.
Unos 49 años, gafas, pelo recogido en un moño perfecto, y un
impecable uniforme.
-. Hola - digo, y tras un shh por parte de varias personas, me doy
cuenta, que he hablado demasiado alto, me acerco más a esa mujer y esta vez
vuelvo a decir en un tono más bajo un hola.
Me mira por encima de sus gafas con unos ojos marrones
oscuros...Esa mirada, ya la he visto antes.
Me mira expectante y yo intento recordar lo que iba a preguntar.
-.Eh...esto... ¿La sección de historia?
-. Segunda planta, estanterías de la 43 a la 87 - asiento y
subo las escaleras.
No pensaba que tuviesen tantos libros aquí.
Camino hasta llegar a la estantería 43, y comienzo a mirar
en todos los pasillo.
Nada. Nada. Nada...
Abandono la biblioteca, y miro mi reloj son las 6, ¿Una hora? ¿Ya
ha pasado una hora?
Suspiro, y miro de nuevo el cielo, un azul oscuro comienza a
aparecer en él, suspiro levemente y camino de vuelta a la parada de autobuses.
Escucho unos murmuros tras de mí, y miro por el rabillo de mi
hijo, un par de chicos caminan tras de mí, y un escalofrió en mi me dice, que
no traman nada bueno.
En esta zona de Chesterfield, los niños pijitos y las grandes
casas no abundan, es más bien, la parte algo más pobre. Pero aun así la mejor.
Acelero mi paso, y tras girar un par de calle creo haberlos
despistado. Me apoyo en la pared y respiro tranquilizando un poco mi pulso.
Giro la esquina por la que he venido para retomar mi camino hacia
la parada del bus, pero tropiezo chochando con alguien, escucho su grito
y tapo su boca con una de mis manos, mirando a ambos lados y arrastrándola
conmigo tras la pared en la que acabo de estar apoyado.
-. Shh no grites, no voy a hacerte nada - Normalmente cuando van
hacerte algo, utilizan esas mismas palabras - Voy a quitar mi mano de tu boca
pero no gri.. - unos dientes se clavan en mi mano, suelto a la chica que tengo
entre mis brazos y me separo de ella mordiendo mi labio para aguantar un grito.
Mierda, eso ha dolido.
Miro atrás encontrándome con los ojos de esa chica, esa chica.
-. Tú - digo mirando sus ojos, me mira juntando sus cejas y
entornando un poco su cabeza - Si, eres tú, la chica del autobús, la que me
miraba - digo acercándome un poco más a ella.
-. Bueno, la verdad.. - mi mano tapa de nuevo su boca y llevo un
dedo a mis labios, haciéndole un gesto para que se calle. Escucho algunos pies
corriendo, y cuando el ruido disminuye quito mi mano de su boca - ¿Podrías
dejar de hacer eso? - dice cruzando sus brazos sobre su tripa.
-. ¿El qué?
-. Poner tu mano en mi boca, no es muy agradable - rasco mi nuca y
miro el suelo algo avergonzado.
-. Lo siento - digo mirando sus ojos, relaja su cara y le ofrezco
mi mano - Soy Liam.
-. Anónima - dice estrechando mi mano.
-. Oh vamos, podrías decirme al menos tu nombre, me has mordido.
-. ¡Pensaba que ibas a hacerme algo!
-. ¿Un diminutivo? - niega - ¿Apodo? – niega de nuevo, suspira
exasperada.
-. Lazy
-. ¿Lazy?¿Que clase de nombre es ese? – pone sus ojos en blanco y
suspira.
Cuando llego a casa, entro en mi habitación directamente, no puedo
dejar de pensar en esos grandes ojos marrones, se parecen a los míos. Es tan
pequeña, que pensé que tenía la edad de Lydia. En el autobús parecía tan,
dulce. Pero después de ese mordisco, me ha quedado claro que no es tan dulce
como parece. Inconscientemente miro mi mano, pueden notarse dos leves heridas
en la palma, las toco, y sienta calor al hacerlo.
Alguien toca mi puerta, sacudo mi cabeza y grito un adelante.
-. Hola – dice Lydia asomando su cabeza por la puerta, la miro y
sonrío, entra y alborota mi pelo - ¿Me buscabas?
-. Aja – digo asintiendo, se sienta en la cama y suspira, pestañea
un par de veces y después mira mis ojos, esperando una respuesta al porque lo
hacía. – Hace mucho que no hablamos.
-.He estado liada..ya sabes el instituto – dice haciendo un gesto
con la mano para quitarle importancia.
-. Ya me ha dicho mama..¿Que tal hoy en la biblioteca? – se recuesta
en mi cama y suspira.
-. Bien.
-. ¿A que hora has venido? – se levanta de la cama y me mira
frunciendo el ceño.
-. ¿Me estas interrogando para mi padre?
-. No, es simple curiosidad – digo encogiéndome de hombros.
-. A las 7 y media, estuve en la biblioteca haciendo un trabajo de
sociales – dice levantándose y alisando sus pantalones - ¿Eso es todo lo que
quieras saber?
-. Simple curiosidad – digo sonriendo, te he pillado pequeña
mentirosa.
-. En ese caso, me voy a mi habitación – dice agarrando una de mis
mejillas, miro su mano y sonrío.
Se aleja de mí y cuando escucho como abre la puerta, la llamo, se
gira y me mira.
-. Dale saludos a Harry de mi parte la próxima vez – digo sonriendo,
se pone tensa y me mira como si hubiese descubierto su gran secreto.
-. ¿Cómo lo has…
-. Tu mano, llevas su pulsera de nuevo. Y he estado esta tarde en
la biblioteca y no estabas.
-. No se lo digas a papa. – asiento y ella sale con una sonrisa.
Sonrío victorioso y me tumbo en mi cama mirando el techo, cierro
los ojos y dejo salir un suspiro.
Lazy.
Eres mala,sube pronto que me dejas con la intriga...
ResponderEliminarjoder lydia como no subasss !!!me dejas en la.peor parte.ME ENCANTA.por cierto sigueme en twitter que me pongo tristee @Rakelita1mola
ResponderEliminarGracias :D
Ya te sigo.
Eliminar-.L x.
Lydia sube que me estoy estresando por favor y sigueme en twitter plisiii @IselaKata
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